El Alma perdida de la Medicina

alma ana maria oliva bienestar enfermedades crónicas medicina salud Dec 27, 2023
Recuperar una medicina que comprende al ser humano en todas sus dimensiones

Hablar de medicina en este momento de la historia es realmente complejo. Porque la medicina no se trata solo de una práctica, de un conjunto de técnicas, de remedios o de cirugías. La medicina es, sobre todo, una manera de mirar al hombre, una forma de entender la vida.

A lo largo de la historia han habido muchas formas de entender la vida y la muerte. Cada cultura ha creado su propia cosmovisión, su forma de comprender qué es el hombre, cuál es el propósito de la existencia, cómo se relaciona con todo lo que existe y cómo preserva, conserva y expresa la vida que es. Podemos encontrar formas de entender la salud tan diversas como las culturas que habitan y han habitado la tierra. 

En este momento de principios del s. XXI nos encontramos con algo muy interesante y único. La forma de entender al hombre, la vida y la relación entre ellos, relación que podríamos definir como la salud, es la más árida que se recuerda. La más despojada de vida, de humanidad. Nuestra medicina es materialista, mecanicista, considera que los hombres somos máquinas, cuyas piezas son intercambiables, inconexas, incluso en ocasiones, prescindibles. Considera que lo único que existe es la materia que vemos . No incluye lo emocional más que para una expresión de dudoso significado: "psicosomático". 

Tal vez eso es el reflejo de una sociedad que, de alguna manera, ha perdido el alma, la conexión con lo trascendente, la propia conexión con la Vida. Una sociedad que considera que somos fruto del error y del azar, de una casualidad sin propósito alguno. Una sociedad que, en lo científico, se basa en teorías que contradicen las observaciones más básicas. En lo económico, se basa en la competitividad más desalmada. En lo político, en la acumulación de poder por parte de unos pocos  y la infantilización del resto de la sociedad. En lo cultural, en la apología de la fealdad.  

Necesitamos recuperar el alma en la medicina, como ya decía Platón hace 2500 años: "el mayor error que los médicos cometen es intentar la curación del cuerpo sin la curación del alma. Sin embargo, alma y cuerpo son uno y no deberían ser tratados separadamente." 

Nuestra medicina sigue siendo fabulosa en emergencias. Pero reconoce su fracaso en las llamadas enfermedades crónicas. De hecho, el considerar que una enfermedad es crónica, y por tanto, incurable, no está hablando de la enfermedad en si misma, sino que está hablando del practicante de la medicina.  Decir que una colección de síntomas y signos no tiene solución, es reconocer que "no sé cómo solucionarlo con mi modelo médico". Tal vez sí haya solución bajo otro modelo médico.  De hecho, en la mayoría de los casos, sí la hay. Solo hay que abrir la mirada a otros aspectos de la vida. Eso que hacen algunos médicos valientes que se atreven a desafiar lo que aprendieron para seguir aprendiendo nuevas cosas que puedan poner al servicio de una vocación que anhela ayudar, consolar, apoyar e incluso, sanar. 

No todo está perdido. Incluso en nuestra medicina mecanicista y materialista al extremo, sigue subyaciendo la Vida y la comprensión de la misma. Algunas ramas minoritarias de la medicina comprenden que el ser humano es mucho más que un cuerpo, que tiene muchos aspectos que atender, que alinear con la vida. Cuando lo hacemos, nos convertimos en la expresión radiante de la Vida: vitalidad, felicidad y amor, coherencia, compasión, unidad, unicidad, trascendencia, creatividad, inspiración. 

Desde la Universidad Viviente del Terreno estamos comprometidos con una ciencia rigurosa, que busca acercarse a la verdad y devolver a cada ser viviente la dignidad que le corresponde, contemplando todos los aspectos de su propia existencia. Apostamos por una forma de mirar al hombre más completa, más abierta, donde las infinitas posibilidades sustituyen al azar, la excelencia del trabajo personal sustituye al simple mecanicismo, la auto-responsabilidad sustituye a la estadística médica, y la libertad de ejercer la soberanía en la salud es el pivote principal, no las imposiciones de un sistema que nos considera infantiles, ignorantes e incapaces . Apostamos por una medicina que recupere el alma y lo intrínsecamente humano. 

 

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