Poderosos sobre la tierra
Jan 24, 2024Hace pocos días se reunieron en Davos un grupo de personas a las que nadie ha elegido, pero que se consideran a sí mismos los dueños de la tierra.
Estas personas ya no solo proponen cómo deberían hacerse las cosas, sino que desean imponer su visión sobre la realidad. Interesantemente, parece que los gobiernos están de acuerdo en seguir las instrucciones de estos "ideólogos". Son la cara visible de los que llaman "los Dueños del Planeta", o "las élites". Nos dicen cómo debemos viajar, qué debemos comer, cuánta ropa podemos comprarnos, incluso qué debemos inyectarnos "por nuestra salud". Interesantemente también, ellos no hacen nada de lo que nos dicen que debemos hacer. Viajan en jets privados, comen y beben todo lo que les apetece y por supuesto, visten con trajes que cuestan una fortuna. Si no recuerdo mal, quien dice una cosa y hace otra es un hipócrita. Una persona que se comporta en forma contraria a los valores que sostiene. Desgraciadamente, nuestro mundo parece estar lleno de ellos.
Pero no es de hipocresía de lo que quiero hablar hoy. De lo que quiero hablar es del Poder. El poder es la facultad o la capacidad de hacer algo, de hacer otra cosa posible, de ejercer una influencia sobre algo (tener autoridad) o alguien. Es decir, las personas tienen poder porque tienen autoridad sobre algo o alguien, o tienen la capacidad para hacer algo. La pregunta que yo me hago es quién da el poder y quién lo posee. Obviamente hay muchos matices a la palabra poder, y muchos ámbitos diferentes de aplicación. Por eso voy a matizar esa pregunta.
Por supuesto, ante un niño, sus padres tienen autoridad y poder. No para maltratarle, sino para educarle, enseñarle, acompañarle desde el respeto. Fuera de la niñez, hay personas que tienen la capacidad de hacer muchas cosas para ellos mismos. Pero la capacidad para que los demás hagamos lo que ellos quieren... esa es la que me parece muy discutible. En el mundo de los adultos, se supone que cada uno nos responsabilizamos de las consecuencias de las decisiones que tomamos (de hecho, esa es una de las partes más importantes de ser adulto, y de comportarse como tal). La responsabilidad y el poder para mí son las dos caras de la misma moneda. Si no me responsabilizo de mis actos y mis decisiones (incluso de mis pensamientos), me convierto en una víctima, porque le estoy dando la responsabilidad a otro, a algo o a alguien de fuera. Por tanto, también le estoy dando el poder.
Partiendo de la base de que somos adultos, y por tanto, responsables de nuestras decisiones, entonces nosotros ostentamos el poder y la autoridad en nuestra vida. Yo no puedo ser responsable de lo que tu haces, en ningún sentido. No puedo ser responsable siquiera de lo que tú sientes, porque todo lo que sientes es tuyo. Soy responsable de mi vida, y por tanto, tengo el poder de cambiar algunas cosas.
Entonces, ¿por qué estas personas creen tener poder para decirnos cómo debemos vivir nuestra vida? Creo que la respuesta es muy sencilla. Porque se lo hemos dado nosotros. O se lo han dado mayoritariamente las personas. Cuando el 2020 decidieron encerrar a 2/3 partes de la población mundial, ejercieron su poder y pillaron a la mayoría de las personas desprevenidas, sin apenas capacidad de respuesta ante un shock traumático generado por los medios de comunicación. Regalamos nuestro poder, nuestra voluntad y nuestra libertad. Los gobernantes se reían porque, mientras nosotros "no podíamos" salir de casa, ellos se iban de fiesta, sin ningún reparo. Eso también es hipocresía.
De nuevo, estas personas se reúnen un año más para decirnos lo que debemos hacer. Pero ya no se encuentran con una humanidad despistada, desprevenida o infantilizada. Ahora mucha gente ya no está de acuerdo, ya ve la hipocresía de los gobernantes. Mucha gente ya no acepta que le digan que se tape la boca. Mucha gente está recuperando su poder. Su autoridad. Su soberanía. Aún hay muchos que no, y otros tantos que no quieren asumir su responsabilidad y siguen esperando que venga alguien a salvarles. Yo también esperé y esperé, hasta que descubrí que nosotros somos a quienes estábamos esperando. Que somos cada uno de nosotros los que podemos levantarnos, alzar la cabeza y ejercer nuestra soberanía.
Te animo a que reflexiones sobre este tema, en cuántas áreas de tu vida has cedido tu poder, has aceptado que te digan qué puedes o no puedes hacer. Cuántas partes de nosotros hemos anulado por no trabajarlas, cuántas preferimos no responsabilizarlos y seguir siendo infantilizados y guiados hacia donde no queremos ir. Porque tú mira bien lo que la Agenda 2030 dice. Si quieres ir ahí, ya sabes qué tienes que hacer. Pero si no quieres ir allí, ¿qué vas a hacer? ¿Cómo te vas a organizar?
Es tiempo de unirnos, de organizarnos, de cambiar las reglas del juego. Solo podemos hacerlo si cada uno de nosotros, a nivel individual, se compromete consigo mismo, recupera su propia soberanía y su libertad interior y empieza a actuar de acuerdo con ello. Somos Humanos, somos grandiosos, somos soberanos, somos libres. Actuemos como tal.
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