Repensando la enfermedad, por Ana María Oliva
Dec 14, 2023Estamos acostumbrados a pensar en las enfermedades en plural, y en cambio, de la salud en singular. Nos hemos dedicado durante décadas a construir nuevas palabras que "etiqueten" las distintas colecciones de signos y síntomas que denominamos enfermedades.
Me parece interesante poder hacer una reflexión sobre ello. Sobre todo porque parece que en las facultades están más interesados en decirnos qué debemos pensar, que en enseñarnos a pensar por nosotros mismos. Muchos "expertos" simplemente regurgitan información como si fueran meros audiolibros.
El punto de partida habitual es la presunción de que el cuerpo "comete errores", que es imperfecto, que está haciendo algo "mal" , que es "normal" enfermarse, y que la causa siempre está fuera de nosotros. Sin embargo, en mi percepción es exactamente lo contrario: el estado natural del cuerpo es la salud, estamos diseñados para ello, el cuerpo tiene todos los recursos para repararse por si mismo (es más, es poco lo que podemos hacer para ayudar a soldar un hueso, por ejemplo), y la causa no está en una naturaleza amenazante. Somos nosotros los que nos enfermamos a nosotros mismos, porque estamos desconectados de la vida y la naturaleza que, lejos de ser la causa, es realmente la solución a nuestras enfermedades. Pero así estamos, cada vez más enfermos, cada vez más desconectados.
Si te clavas una astilla en el dedo, ¿qué ocurre? Tu cuerpo va a responder a esa agresión con síntomas como calor, rubor e hinchazón, es decir, inflamando el área. Es obvio que esos síntomas no son la causa de la astilla, sino la consecuencia. Son, sin duda alguna, la respuesta a la agresión. El cuerpo acabará expulsando la astilla. Por supuesto, puedes tomarte anti-inflamatorios, anti-bióticos y analgésicos, pero la astilla permanecerá.
¿Qué ocurre cuando comes o bebes algo que es venenoso? Aparecerán síntomas como diarrea, vómitos, incluso fiebre. Es evidente que esa es la respuesta del cuerpo para solucionar el problema, y que de ninguna manera podrías pensar que son la causa de la enfermedad. Los síntomas son la respuesta del cuerpo para eliminar de la manera más rápida la mayor cantidad posible de veneno.
Podríamos aplicar el mismo razonamiento al resto de enfermedades. ¿Y si todo lo que consideramos síntomas son, en realidad, el esfuerzo del cuerpo para devolver la salud? ¿Podría ser la tensión arterial aumentada la respuesta para asegurar la circulación a todas las partes de un cuerpo inflamado? ¿Podría ser una infección un proceso de reparación de un tejido dañado? ¿por qué no pensamos que los neutrófilos que van a una inflamación son la causa, pero sí pensamos que las bacterias los son? En realidad, el 90% en número de nuestras células, son bacterias. Las bacterias están en mayor número en nuestro cuerpo que los neutrófilos. Hacen funciones similares. Culpar a las bacterias de nuestras infecciones sería como culpar a los neutrófilos de mi hepatitis, e intentar neutralizarlos con tóxicos.
Hemos confundido la respuesta del organismo a un problema, con la causa del problema.
¿Y si solo existiera una enfermedad, igual que existe una salud? Y si esta enfermedad pudiera tener causas diferentes? ¿Y si la enfermedad no es que el cuerpo esté haciendo algo mal, sino que lo esté haciendo bien? ¿Y si los síntomas no son el problema, sino la respuesta al problema?
Mucho todavía por reflexionar alrededor de la enfermedad, mucho por re-pensar en una sociedad acostumbrada a creer y dogmatizar el conocimiento.
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